EL YO CUÁNTICO Y TUS LOGROS IMPOSIBLES
Estás parada esperando el autobús. Ya es tarde, muy tarde. Sabes que tienes un examen muy importante, que pasaste semanas estudiando para obtener una excelente calificación. Tu lógica te dice que no lograrás llegar, que aunque pase el autobús, todavía tienes que transbordar a otro. El examen comienza en 15 minutos, y el traslado es de mínimo 35 minutos. Obvio, la posibilidad de llegar tarde al salón de clases es ninguna, porque la advertencia del profesor fue a tiempo: solo hay 5 minutos de tolerancia, cuando se cierre la puerta nadie más puede entrar.
Deseas en ese momento que volar fuera una opción, pero no, eres pedestre y terrenal. Sin embargo, todo tu cuerpo clama por lograrlo, tu mente se aclara y sabe con certeza –sin saber cómo- que llegaras a la dichosa prueba. Esta certeza sabe salada como el agua de mar, y calla por fin a tu mente lógica. Has dejado de pensar. Han pasado dos minutos más…. Y nada ha ocurrido. La gente como tú, que va a Ciudad Universitaria, sigue esperando a que pase algún camión.
En un instante delante de todos los que esperan se para un autobús de pasajeros vacío. Se abre la puerta del conductor y este grita: “- ¿Alguien va a ceu?, este camión va directo.” Toda la muchachada se abalanza a la entrada y sube con velocidad. Cuando me dispongo a pagar no me acepta el pasaje. Solo atina de decirme: Iba pasando por aquí, y se me ocurrió que podría darles un aventón. Voy a guardar el camión y el viaje es gratis. Y llegue a tiempo. Muy a tiempo.
¿Qué hizo mi mente? Determinó o generó el resultado de un autobús directo y gratis, o solamente decodificó en instante siguiente. Todo puede ser posible cuando entramos en contacto con el espacio cuántico.